Castaño es el síntoma del deplorable estado actual del periodismo deportivo español. Su ascenso demuestra qué tipo de periodista se valora en este país.
En sus años como periodista de a pie, antes de su ascenso a presentador del partidazo, no se le conoce una sola exclusiva, ni si quiera una entrevista a pie de campo decente.
Le he llamado periodista pero creo que ni siquiera tiene dicha titulación, ya que empezó derecho y no la termino. Eso no le impide sentar cátedra cada día, y ejercer la crítica con quién a su amo le parece.
Su forma de hacer periodismo es clara, sabe cuando ser ácido y con quien meterse para que sus jefes, o en concreto su jefe, esté contento.
Por eso abre el programa de la remontada del Barça al Psg hablando de algo histórico y no menciona el arbitraje de Aytekin, y sin embrago empieza el programa post Madrid Juve hablando de atraco poco más o menos por el penalti que si era a Lucas Vázquez.
Por eso mismo cuando se profieren insultos racistas en campo de su amo contra Vinicius, la tele en la que él trabaja lo intenta ocultar, y el mismo en su programa pasa de puntillas sobre el hecho, afeando a Guasch sus críticas.
Pero ya en el colmo de los colmos este periodista o estudiante de derecho, hace bromas con la guerra de Ucrania para faltar al respeto una vez más a Bale, diciendo que podían mandarle allí, con la colaboración inestimable de su compi favorito de juegos, el mismo que humillo en Liverpool de un mendigo.
El Madrid debería defender a sus jugadores y al club de personajes como este, que no generan información, ni si quiera diversión, y que se creen tremendamente graciosos.
Ahora viendo que es líder de audiencia, debemos reconocer que ni él ni su medio tienen la culpa, la culpa es de a quienes les gusta esta basura de periodismo.